Hace unas semanas, en un viaje por Extremadura, tuve la gran suerte de encontrarme por casualidad con un establecimiento que me encantó. "Artesanía Bordado con Fieltro", en la localidad cacereña de Trujillo, nos aguardaba en la calle Tiendas, una bocacalle de la Plaza Mayor. El destino quiso que, paseando tranquilamente durante la excursión, me topara con este coqueto local, y que conociera personalmente a su artesana, Chari, una extremeña muy simpática, amable y atenta.
Casualmente, me reconoció al poco de verme. ¡Qué coincidencia!
"¿Usted es la de El Quijote bordado, bordadora de libros, ¿verdad?", me preguntó. Yo no salía de mi asombro, cuando en unos minutos, ya estábamos conversando sobre nuestra mayor afición, lo que nos da la vida: el bordado artesano.
Antonia Ortuño
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